1. Confía en ti mismo
Tienes que tener una visión muy clara de lo quieres hacer con tu vida, no lo que tu padre o tu madre quieren que hagas, sino lo que tú quieres hacer con tu vida.
Yo sabía, cuando era un niño, que quería ser un campeón del mundo en el culturismo. Además, no solo quería ganar un premio en una competición, quería ser el mejor culturista de todos los tiempos.
Mis padres querían una visión diferente para mí: Ellos querían que yo fuera un oficial de policía, como mi padre, para casarme con una chica llamada Heidi, y tener un montón de niños, al igual que la familia von Trapp en «Sonrisas y Lágrimas»…
Pero lo que yo quería era salir de Austria y venir a Estados Unidos para ser un campeón.
Tenía una convicción y confianza total en esa decisión y eso me permitió perseguir ese objetivo sin vacilar.
Ten confianza en ti mismo, crea tu propia visión y vete a por ella. Una vez que tu visión tenga la suficiente fuerza, tendrás la motivación para matarte a trabajar para hacerla realidad.
2. Rompe algunas reglas
Franco Columbu (otro famoso bodybuilder de la época de Arnold) medía 1,65 cm. Todo el mundo le decía que debido a ello jamás llegaría a ser un campeón del mundo.
Las reglas decían que solamente los chicos altos y grandes ganan Mr. Universe, Mr. Olympia, y todos los grandes títulos. Pero Franco rompió las reglas. Se convirtió en el asesino del monstruo. Ganó el Mr. Universe en tres ocasiones. Ganó el Mr. World. ¡Incluso ganó el Mr. Olimpia dos veces!
Yo hice lo mismo. La gente decía que no podía convertirme en actor. Las reglas decían que los actores con acentos fuertes y aspecto de monstruo no podían ser actores.
Rompí las reglas. No me importaba si nadie en la historia jamás lo había hecho. Tomé clases de actuación, clases para mejorar mi acento y clases de inglés. He trabajado duro, y me convertí en una estrella de cine.
Por eso digo: rompe las reglas. No infrinjas la ley, pero de vez en cuando rompe las reglas.
El verdadero fracasado es una persona que se cae y nunca se vuelve a levantar. Un ganador se cae, se levanta, se sacude el polvo y lo vuelva a intentar. ¡No tengas miedo a fracasar! Todo el mundo falla. No tengas miedo de marcarte objetivos e ir a por ellos.
4. Ignora a los que te dicen que no lo conseguirás
Si hubiera hecho caso a las personas que me intentaron quitar mis ideas de la cabeza, aún estaría en Austria, en los Alpes, cantando a la tirolesa.
Cuando yo tenía 15 años y le dije a la gente que quería ser un campeón de culturismo, enseguida me dijeron que no lo iba a conseguir. «Es imposible», dijeron. «Es un deporte estadounidense. En Austria, puedes ser un campeón de esquí, ciclismo, o tal vez futbolista, pero no puedes ser un campeón de culturismo.»
¿Sabes qué? Yo no escucho a esta gente. Me mudé a los Estados Unidos. Me convertí en un campeón de culturismo. El resto es historia.
Cuando me postulé para gobernador de California, dijeron: «No, no puedes. Tienes que presentarte primero a la alcaldía del ayuntamiento, luego senador del estado, y luego tal vez a gobernador.»
Les dije al diablo con todo eso. Sentía pasión por el servicio público y dar algo a cambio por todo lo que había recibido de ese maravillo país que es EEUU. Quería ser elegido Gobernador, me presenté y dos meses más tarde fui Gobernador.
5. Echa el resto
Odio cuando la gente dice: «Yo no tengo suficiente tiempo para hacer ejercicio.»
A mi modo de ver, eso es una tontería. Dispones de 24 horas en un día. Dormir te consume seis horas, y sigues con 18 horas restantes. Haces tu trabajo, lo que probablemente lleva 8-10 horas, y sigues disponiendo de otras 8-10 horas. ¿Me estás diciendo que no puedes hacer nada de ejercicio en ningún momento durante ese periodo?
Lee un libro, presta atención a tu familia, pasa tiempo con tus amigos y reserva de 30 a 45 minutos para hacer ejercicio todos los días. ¡Eso es un mínimo! Te prometo que puedes encontrar o crear el tiempo para hacerlo.
Un día dura 24 horas, por lo que no limites tus horas de trabajo a ciertas partes de ella. Mátate a trabajar para conseguir tus objetivos, echa el resto. Nadie ha conseguido nunca un éxito sin tener que trabajar duro para conseguirlo. No hay atajos. Echa el resto y lo conseguirás.
6. Devuelve algo a los demás
No estamos donde estamos hoy sin ninguna ayuda. A todos nos ayudan en el camino. Nunca hemos hecho algo 100% por nosotros mismos. Todo lo que he hecho en mi carrera como actor, en la política, el dinero que logrado ganar, el éxito en los negocios y el culturismo, mi fundación, mis iniciativas para el medio-ambiente,… todo esto lo he hecho siempre con la ayuda de mucha gente.
Ellos me ayudaron y por eso yo debo ayudar también a los demás.
Es por eso que he creado los programas especiales de ayuda a estudiantes, por lo que colaboro en las Special Olympics, y por lo que me preocupo por las cuestiones medio-ambientales. Quiero limpiar el medio ambiente y crear un futuro de energía verde para que nuestro mundo sea un lugar mejor que cuando lo heredamos.
Tenemos que ayudar a la gente. Hay millones de niños que necesitan ayuda, que provienen de familias sin recursos económicos o analfabetas.
¡Hay que ayudarles a aprender a leer! ¡Hay que animarles a hacer ejercicio y un estilo de vida saludable! Únete a una organización en la que puedas dar a un niño un abrazo, colgar una medalla alrededor de su cuello y decirle: «¡Eres un ganador! Creemos en ti. Te amamos. Nos preocupamos por ti.»
Haz algo por tu comunidad, tu estado, tu país. Da algo a cambio por todo lo que has recibido
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